miércoles, 15 de octubre de 2008

La Casa Grande

La casa grande

La estación dormitaba. Una tras otra, se dejaban caer las hojas de los árboles, buscando acertar con la acequia y partir hacia nuevos destinos. Los jubilados interrumpieron una partida de Tute y miraban con interés provinciano al hombre del sombrero gris y galón negro en la manga del saco, que arrastraba algo más que sus pasos cansados. El viento sudeste cortaba la calle y arremolinaba un viejo diario de letras perdidas en una llanura inmensa. Un auto de alquiler lo estaba esperando con el motor encendido, para recorrer las seis leguas hasta la chacra de su padre.
Las noticias vuelan—le dijo el chofer— tratando de sonsacarle información propia, sin ninguna delicadeza, mientras le contaba vida y milagro de cada uno de los conocidos.
José Hernando Poncio se calzó el sombrero hasta los ojos, dijo que estaba muerto de cansancio y no habló más. El conductor tuvo que conformarse con tararear alguna canción entre dientes o callarse la boca, —mejor así— pensó— se ve que está jodido el hombre.
Cuando llegaron a la tranquera, José Hernando pidió detener el vehículo.
—Necesito caminar un poco, son muchas horas de estar sentado—dijo—y el coche siguió su camino transportando el equipaje hasta la casa.

"Lo llamaban La casa grande y se mantenía erguida en su insignificante arquitectura, imbatible, absoluta, severa, simbólica, opaca y austera".

Se desabrochó el cuello de la camisa, la corbata quedó flameando atada a un alambrado, en su nuevo oficio de espantapájaros, dobló el saco sobre su brazo izquierdo, miró su reloj Cartier de números romanos y fondo negro, que Lidia le regalara en otros tiempos de intenso amor, se lo arrancó de un tirón y lo revoleó por los aires; para él, después de aquello, el tiempo estaba detenido. Tiró el pucho al suelo y lo aplastó con desprecio. La vida no vale una puteada—se dijo—mientras apuró el paso y se enterró en la tierra reseca del camino. Una bandada de golondrinas cruzó el cielo de su niñez, había regresado.



Víctor Troncoso

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