domingo, 22 de junio de 2008

La amaba con locura...

La amaba con locura y encontré su cuerpo muerto al llegar, aquel día.

Al trasponer la puerta no pude dar un solo paso. Ahí, con un tiro en medio de la frente, casi mirándome, estaba la mujer que me había embrujado.

Sus viajes, por razones profesionales, eran insoportables para mí, vivía esperando el regreso para colmarla de amor. Ella, no siempre llegaba contenta, a veces su malhumor duraba días. Pero mi infinita paciencia hacía su trabajo y en poco tiempo lograba hacerla reir, con cualquier tontería dicha al pasar.

La amaba con locura y encontré su cuerpo muerto.

Nunca hice caso de las miradas escépticas a mi alrededor, ni de los comentarios acerca de su promiscuidad. La gente del ambiente me trataba con indisimulado desprecio. Sólo me importaba ella. Nadie más que ella.

Y ahora, esto que me desconcierta, me enloquece, me llena de horror. ¿Quién pudo haber sido? Levanto su cabeza, a esos ojos que amé, los cierro definitivamente, para que nunca más contemplen nada.

La amaba con locura y encontré su cuerpo muerto.

Miro mis manos, sorprendido. El espejo estallado refleja mi cuerpo. Devuelve la imagen de un hombre desconocido, con una pistola humeante.


Cristina Scarlato

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