viernes, 8 de febrero de 2008

CUIDAR DETALLES

Miro el entorno donde me senté a escribir y me reconozco, no en este tiempo, sino cuando recién lo habitaba, muchos años atrás. En ese entonces la cocina era mi favorita y acá pasaba gran parte del día. Hoy todo cambió, cada rincón tiene su encanto, ando como un gato paseando mi osamenta por todos los ambientes, plena dueña de mi casa, y cuido los detalles de cada lugar.
Cuidar los detalles para mí, no significa sacar lustre. Eso se lo dejo a los vanidosos. Encontré la razón perfecta para no exigirme la excelencia, la vanidad y el brillo van de la mano y no tengo nada que ver con ninguno de los dos. Cuidar los detalles es dotarlos de calidez, el polvo que se pueda acumular sobre los libros de la biblioteca pertenece a otro orden al que soy ajena. Y digo, el polvo forma parte de la naturaleza y la naturaleza me fascina. Recorrer lugares, encontrar un pino enmarcado en un fondo de agua de río. O caminar a la orilla del mar temprano en la mañana mirando el horizonte brillante de sol.
Digamos que lo que más me cuesta es cuidar los detalles en las relaciones con las personas, sobre todo porque también despenden del humor de los otros, pero con buena voluntad y tolerancia se puede lograr, cuidando los detalles.


Cristina Scarlato
Abril de 2005.

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