domingo, 27 de enero de 2008

Me colocaron cerca de la ventana, desde aquí veo los árboles: Un tilo dibujado como por un plumín y tinta china; un jacarandá luciendo sus costillas flacas, bañadas en sol y frio; en uno de sus brazos hay tres gorriones que hablan al mismo tiempo, comentan la nieve de julio y la fuga de la paloma.

En el edificio de enfrente una mujer en silla de ruedas, contempla el infinito en un punto, está ciega o enamorada.

Aquí, el gato tiene sus ojos puestos en mí, no comprende la causa de que su almuerzo esté rodeado de plantas que se despeinan bajo el agua como piernas de medusa.
El helecho bebe de un plato, prefiere la soledad del ermitaño. Desperezarse a su antojo, escribir su verso verde como una soga sin broches tendido a la luz. Su antecesor, calvo, pálido, con las uñas amarillas, no exhaló más dióxido de carbono, lo declararon muerto, creo que se atragantó de tanta palabra no dicha.

A veces observo con claridad, otras lágrimas transforman todo en sombras borrosas que se acercan, se van o ignoro. En un espejo me he visto, soy rojo, todo rojo con iris dorados y pupilas como lunas negras. Tengo alas que no vuelan, ¿tendría adónde? Voy y vengo en este pequeño ataúd transparente sin sellar, al que llaman pecera. Hubiera preferido el mar, el río, un lago, hasta un estanque, pero no, amanecí en este pequeño bowl. Tengo agallas ¿sirven?

Voy y vengo, pero nunca al mismo lugar, estoy buscando un mapa, olvidé mis valijas y la cruz del sur. Mi nariz toca el piso, reflexiono. Subo a la superficie, pienso. De la nada a la cima, me desangro. Desde la superficie hasta el fondo, se alimenta mi existencia. Llevo mis ojos a los pies de una mosca color violín que cruza el aire, me doy cuenta de que extrañaré la lluvia.

Amanecí así, cuando me acosté deseé ser sordomudo, quise desenmarañar, desmenuzar esta cuerda que se me enreda en el cuello, pero en el más absoluto silencio. Ahora estoy aquí con branquias, respirando agua sin morir.

Un pájaro me desvela, en realidad ya no duermo, no sueño, voy y vengo, sólo eso.

María invierno/07

2 comentarios:

Marisa Cucullu dijo...

Hola María, el blog estaba extrañando tu talento, me gustaron los dos relatos, tienen voces de poemas. Un beso. Cristina

marisa dijo...

me gustadon mucho los cuentos, veo tu trabajo en buscar formas narrativas y creo que vas muy bien. me gustó sobre todo el del tren, parece la descripción de una imagen detenida contrastada con un bólido (el tren)
marisa cucullu