Hay una cesta que cada mañana desfila por las calles, junto a las otras de humeante pan.
El que la lleva, no va orgulloso con su carga, su frente muestra la tristeza, la pena, la imposibilidad. Su espalda inclinada por un peso no querido.
Son los que no han podido nacer. Los que soñaron por un tiempo demasiado breve en el interior de los vientres.
Cristina Scarlato
lunes, 19 de noviembre de 2007
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