lunes, 28 de septiembre de 2009

ALLÁ EN ITALIA

En sus últimos días, él me hablaba de su pueblito natal, allá en Italia. Relataba anécdotas de sus viajes diarios al monte, para que las cabras retozaran. Quiero hacer memoria para repetir alguna de esas historias, pero sólo recuerdo su cara, su mirada perdida, como si ya no estuviera acá, como si la inminencia de su partida final lo hubiera depositado otra vez en la infancia.


-Cómo, ¿ya te vas tan rápido?


Su pregunta me sorprendió, siempre me decía:


-Andá, que tenés que hacer, yo estoy bien.


No quise darme cuenta de que ya no podía seguir con
nosotros mucho tiempo más, por eso la urgencia de contar lo que en su mente todavía quedaba intacto, el pueblito, un libro leído de apuro, mientras el sol se filtraba desde algún pequeño arbusto, cobijándolo en su descanso, después del almuerzo frugal que su madre le había preparado muy temprano, antes de subir al monte.


Ahora, cuando alguien cercano, comienza a reiterar sus historias de infancia, presto mucha atención, me quedo a su lado todo lo que puedo y más, en tu homenaje, papá.

2 comentarios:

Santiago dijo...

es bueno, muy bueno.

Marisa Cucullu dijo...

Gracias Santiago, este blog del taller tiene como particularidad que se escribe sobre consignas, a veces salen bien, a veces solo se intenta. Ma.Cristina